La pregunta que nunca han podido responder los apologetas: El politeísmo en el Tanaj | Pedro Lara
La pregunta que nunca han podido responder los apologetas
Los apologetas modernos suelen basar su argumentación fundamental en la filosofía para respaldar la creencia en un único Dios que se ha manifestado como tal desde siempre y que creó el universo ex nihilo (de la nada). Sin embargo, en la mayoría de los casos, los apologetas dejan de lado lo que dicen los propios textos bíblicos, que deberían ser la base principal de su argumentación.
Esto podría deberse a dos factores principales. En primer lugar, que la filosofía puede ser manipulada con relativa facilidad para ajustar sus argumentos a la posición que desean defender. Y en segundo lugar a que muchos apologetas carecen de un conocimiento profundo de los textos bíblicos. Esto, a su vez, puede deberse a que resulta más complejo trabajar la apologética basándose exclusivamente en las Escrituras, en comparación con la filosofía.
Este fenómeno guarda cierta similitud con la relación entre la teología y las ciencias bíblicas. La teología es más moldeable, lo que permite construir diferentes perspectivas, por eso hablamos de "teologías" (como señala Joachim Jeremias en su libro Teología del Nuevo Testamento). Esto explica la existencia de diversas interpretaciones teológicas dentro de comunidades cristianas, como los bautistas, presbiterianos, luteranos, entre otros. En contraste, los estudios en ciencias bíblicas tienden a alcanzar consensos mucho más amplios y sólidos.
Un ejemplo del desconocimiento en ciencias bíblicas entre los apologetas lo vemos en uno de los mayores representantes de la apologética moderna, William Lane Craig. En una pregunta sobre el politeísmo de los antiguos judíos, Lane Craig confesó no dominar los temas de ciencias bíblicas. En su sitio web, Reasonable Faith, él mismo afirma:
"Cuando recibo una pregunta interesante sobre un tema que no es de mi especialización, a veces invito a un académico que sea experto en el tema para que responda la pregunta."
En este caso, la respuesta provino del Dr. Richard Hess, profesor de Antiguo Testamento y Lenguas Semíticas en el Seminario de Denver, aseguró que los textos de Qumrán no mencionan a los "hijos de Dios".
Ahora bien, esta afirmación de Hess es problemática. Justamente, esta es la pregunta en la que los apologetas se quedan sin palabras y deben recurrir a tácticas evasivas.
¿Por qué Dios se presenta a sí mismo como asociado al politeísmo en algunos textos bíblicos?
Las evidencias muestran que los antiguos judíos no solo creían en la existencia de múltiples dioses, sino que el propio YHWH (Yahvé) se presentaba como parte de un séquito divino, como lo demuestran Salmo 82:2 y Deuteronomio 32:8.
Tanto en los mismos textos bíblicos como en los descubrimientos arqueológicos, se evidencia que el pueblo judío no siempre fue monoteísta, sino que su pensamiento religioso evolucionó desde la monolatría (Deuteronomio 6:4), pasando por el henoteísmo y, finalmente, hacia el monoteísmo.
Deuteronomio 6:4 dice: "Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es". Esta declaración no es, como comúnmente se interpreta, una afirmación de monoteísmo, sino de monolatría, ya que enfatiza la lealtad exclusiva a YHWH (Yahvé) frente a la existencia de otros dioses.
La palabra hebrea ejad (אֶחָד), traducida como "uno", no necesariamente implica una unidad compuesta, como argumentan algunos apologetas para defender la Trinidad. El término simplemente significa "uno" o "único" y se usa en diversos contextos para describir elementos individuales o conjuntos. Por ejemplo, en Génesis 2:24 se usa para referirse a la unión entre el hombre y la mujer como "una sola carne" (basar ejad), pero esto no implica una unidad compuesta en otros casos, como en Éxodo 12:46, donde se ordena que el cordero de la Pascua se consuma en una sola (ejad) casa. Decir que YHWH es "uno" no es evidencia de una pluralidad interna en la naturaleza divina, sino una afirmación de exclusividad en el culto.
El paso del henoteísmo —la adoración de un dios principal sin negar la existencia de otros— hacia el monoteísmo se refleja en textos posteriores y en su reelaboración teológica. Por ejemplo, el henoteísmo se observa claramente en pasajes como Deuteronomio 32:8-9, donde YHWH recibe a Israel como su porción mientras otros dioses reciben el resto de las naciones.
Pero esta evolución no solo ocurrió en la creencia del pueblo judío, sino que el propio YHWH, según los textos bíblicos y descubrimientos arqueológicos, se presenta inicialmente como una figura en un entorno politeísta. Ejemplos como las tablillas de Kuntillet ‘Ajrud, halladas en el desierto del Sinaí, muestran referencias a "YHWH de Samaria y su Asherah". Estas inscripciones sugieren que YHWH tenía una consorte, Asherah, quien era venerada en el ámbito popular como parte de un culto combinado.
Jerarquía en el Mundo Espiritual
Antes del monoteísmo que prevaleció, en el Tanaj se observa una jerarquía establecida en el mundo espiritual de la siguiente manera:
Elyón (El Altísimo):Representa la autoridad suprema. Un ejemplo claro
es Deuteronomio 32:8-9, donde Elyón reparte las
naciones entre los hijos de Dios y asigna a Yahvé la porción de Israel.
Elohim (Dioses, donde se incluye a Yahvé):
Este término se usa tanto para referirse a Yahvé como a
otros seres divinos en la asamblea celestial. Ejemplo:
Éxodo 22:28: "No maldecirás a los dioses (elohim), ni
Terafines (Ídolos domésticos que protegían las casas):
Los terafines eran imágenes utilizadas para protección o adivinación en los hogares.
Ejemplo:
Génesis 31:19: Raquel roba los terafines de su padre Labán, lo que indica su importancia cultural y familiar.
Malajim (Mensajeros, ángeles):
Estos mensajeros divinos cumplían misiones específicas asignadas por Dios.
Ejemplo:
Éxodo 23:20: "He aquí yo envío un ángel delante de ti para que te guarde en el camino".
A continuación, presento algunos ejemplos relevantes tanto del texto bíblico como de la arqueología que muestran la evolución del pensamiento judío sobre Dios y, además, cómo el propio texto bíblico refleja una pluralidad en la naturaleza divina.
Salmo 82:6 (Reina-Valera 1960):
"Yo dije: Vosotros sois dioses, y todos vosotros hijos del Altísimo."
El Salmo 82 describe una escena celestial donde Dios preside en la asamblea divina (elohim), juzgando a otros dioses:
Salmo 82:1-8 (Reina-Valera 1960):
Dios está en la reunión de los dioses;
En medio de los dioses juzga.¿Hasta cuándo juzgaréis injustamente,
Y aceptaréis las personas de los impíos? SelahDefended al débil y al huérfano;
Haced justicia al afligido y al menesteroso.Librad al afligido y al necesitado;
Libradlo de mano de los impíos.No saben, no entienden,
Andan en tinieblas;
Tiemblan todos los cimientos de la tierra.Yo dije: Vosotros sois dioses,
Y todos vosotros hijos del Altísimo.Pero como hombres moriréis,
Y como cualquiera de los príncipes caeréis.Levántate, oh Dios, juzga la tierra;
Porque tú heredarás todas las naciones.
En este contexto, los "dioses" son miembros del consejo divino a quienes se les ha encomendado la tarea de gobernar y administrar justicia en la tierra. Sin embargo, son reprendidos por su corrupción y negligencia. A pesar de ser llamados "dioses" e "hijos del Altísimo", son advertidos de que morirán como mortales debido a su incapacidad para cumplir su misión.
Deuteronomio 32:8 (Diversas fuentes):
Versión Reina-Valera 1960:
"Cuando el Altísimo hizo heredar a las naciones, cuando hizo dividir a los hijos de los hombres, estableció los límites de los pueblos según el número de los hijos de Israel."
Texto Masorético:
El texto masorético utiliza "hijos de Israel" (בני ישראל),
lo que sugiere una interpretación tardía que elimina
referencias a otros seres divinos.
Textos de Qumrán (4QDeutj):
En los manuscritos de Qumrán, Deuteronomio 32:8
conserva "hijos de Dios" (בני אלוהים). Esto muestra
una tradición más antigua, en la cual Elyón reparte las
naciones a diferentes deidades bajo su autoridad.
4QDEUTQ = 4Q44
Septuaginta (LXX):
La Septuaginta traduce este pasaje como "ángeles de Dios"
(ἄγγελοι θεοῦ), una interpretación que armoniza el
politeísmo original con un monoteísmo más estricto, al referirse a los seres divinos como "ángeles".
Hay que decir que algunas recensiones de la septuaginta dice Hijos de Dios.
Estas diferencias reflejan el desarrollo teológico en la tradición israelita. El texto más antiguo (Qumrán) muestra una cosmovisión donde el Altísimo reparte las naciones entre otros "hijos de Dios". La Septuaginta suaviza esta idea al reemplazar "hijos de Dios" por "ángeles de Dios", mientras que el texto masorético elimina la referencia a seres divinos, sustituyéndolos por los "hijos de Israel".
En conjunto, estas variaciones evidencian cómo los redactores posteriores moldearon los textos para reflejar un monoteísmo más estricto, dejando entrever las raíces politeístas del pensamiento religioso israelita temprano.
Además, el texto masorético modificó deliberadamente la expresión "hijos de Dios" por "hijos de Israel". Si los redactores del texto masorético estuvieran seguros de que se referían a los ángeles de Dios (como aparece en algunas versiones de la Septuaginta), no habrían cambiado esta frase.
Evidencias arqueológicas del politeísmo Judio aprobado por el propio Yahvé.
Las inscripciones de Kuntillet Ajrud, descubiertas en el desierto del Sinaí, revelan referencias a Yahvé y su consorte Asherá. Estas inscripciones se encuentran en fragmentos de cerámica y paredes de la estructura, mostrando la presencia de Asherá junto a Yahvé.
Para muchos especialistas la h final en yhwh šmrn w'šrth puede ser traducido como su: su Asherá. En ese caso Yahvé tendría una esposa.
Además, se han encontrado representaciones gráficas que acompañan estas inscripciones, como una figura humana con una mano levantada, posiblemente asociada a rituales de bendición. Estas evidencias sugieren que, en ciertos períodos, la adoración de Yahvé en Israel podría haber incluido la veneración de Asherá como su consorte. Sin embargo, es importante destacar que estas prácticas no fueron universales y que, con el tiempo, se estableció un monoteísmo estricto en la tradición israelita.
En conclusión, los apologetas modernos enfrentan serias limitaciones al intentar defender su posición únicamente con filosofía, ya que los propios textos bíblicos desafían muchas de sus afirmaciones fundamentales.
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