República Dominicana retrocede en el Índice Mundial de Innovación | Pedro Lara
El Índice Global de Innovación (GII, por sus siglas en inglés) es una herramienta que proporciona una medida detallada de la capacidad de innovación de los países. Es elaborado anualmente por la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), en colaboración con la Universidad de Cornell y el INSEAD (Escuela de Negocios).
El GII evalúa a los países a través de múltiples indicadores agrupados en varios pilares clave, que se dividen en dos grandes categorías: insumos y resultados de innovación.
El gobierno actual ha demostrado un enfoque marcado en beneficiar a las élites, destinando recursos que podrían impulsar el avance del país hacia grupos económicos, periodistas y empleados fantasma. Las instituciones destinadas a fomentar la innovación están utilizando los recursos en beneficio de intereses particulares y amistades.
Un ejemplo de esta situación es la Oficina Gubernamental de Tecnologías de la Información y Comunicación (OGTIC), que el año pasado otorgó un contrato de 100 millones de pesos al hijo de la reconocida periodista Mariasela Álvarez. ¿Por qué estos contratos millonarios solo benefician a hijos de funcionarios y amigos empresarios de los mismos? ¿Es que solo esas personas están capacitadas?
Desde el propio gobierno se ha promovido la idea de que solo ellos y sus allegados, conocidos como los "popis de la Plaza de la Bandera", están capacitados para recibir contratos millonarios y beneficiarse del crecimiento económico del país. Mientras tanto, una gran cantidad de jóvenes capacitados emigran porque no ven oportunidades en una República Dominicana que, a pesar de haber tenido un crecimiento económico sostenible durante más de 20 años, no ofrece un futuro prometedor para ellos. Son miles los jóvenes que intentan emigrar.
Recientemente, la BBC publicó un reportaje preguntándose por qué los dominicanos se van de un país con "estabilidad política" y "crecimiento económico". La respuesta es sencilla: aquí solo una élite y los políticos de turno se benefician del crecimiento económico del país. Un ejemplo es el joven Joan Vidal, quien emigró a Dubái y se ha destacado allá. Vidal fue el único dominicano contratado para laborar en la Expo 2020 Dubái, a nivel de las oficinas corporativas, en el Departamento de Tecnología. La actividad se realizó en el año 2021. ¿Por qué estos jóvenes no obtienen los contratos millonarios que otorga el estado? ¿Por qué estos contratos solo benefician a los hijos de los funcionarios y periodistas vinculados al gobierno? El caso de Joan evidencia la falsedad de la retórica gubernamental de que solo ellos están capacitados. Este joven se ha destacado en Dubái, demostrando que hay talento dominicano más allá de las élites.
El dinero que debería invertir el gobierno en innovación se gasta en empleados fantasma y pagos a defensores del gobierno en redes sociales. Por ejemplo, la misma OGTIC, dirigida por Bartolomé Pujals, contrató a un grupo de tuiteros a los que les pagó más de 6 millones de pesos para hablar a su favor y del gobierno en esa red social. Muchas de las personas encargadas de instituciones relacionadas con la tecnología en el gobierno, más que expertos, son políticos. Por ejemplo, el encargado de los Centros Tecnológicos Comunitarios ni siquiera tiene un título universitario. No se discrimina que una persona sin título universitario no sea apta o experta en alguna área, pero este señor, antes de ser nombrado en esa posición, nunca había hablado ni escrito absolutamente nada acerca de tecnología.
Es urgente que se realicen cambios profundos para que los recursos del estado se destinen adecuadamente y se promueva el talento y la innovación en todos los niveles de la sociedad dominicana.
No hay comentarios :
Publicar un comentario