Lula da Silva: De la Pobreza a Convertir a Brasil en la Novena Economía del Mundo
Pedro Lara
En menos de dos años desde su regreso a la presidencia, Luiz Inácio Lula da Silva ha logrado un impresionante hito al convertir a Brasil en la novena economía del mundo. Lula, un hombre sin estudios universitarios y de origen humilde, cuya primera certificación formal en la vida fue la de presidente, está llevando a Brasil hacia la cima económica global.
El ascenso de Lula da Silva es una historia de perseverancia y transformación. Nacido en la pobreza extrema, Lula trabajó como obrero metalúrgico antes de fundar el Partido de los Trabajadores (PT). Su vida es un testimonio de la lucha y la resistencia frente a las adversidades, lo que ha resonado profundamente entre los brasileños.
Bolsonaro llegó al poder con la promesa de combatir la corrupción y revitalizar la economía.
El contexto en el que Lula asumió nuevamente la presidencia es crucial para entender la magnitud de su logro. Brasil había atravesado un periodo tumultuoso bajo la presidencia de Jair Bolsonaro, quien llegó al poder con la promesa de combatir la corrupción y revitalizar la economía. Sin embargo, durante su mandato, la economía y los derechos humanos se deterioraron significativamente.
Bolsonaro gobernó principalmente para una élite, y las políticas implementadas durante su administración beneficiaron desproporcionadamente a este grupo, dejando de lado a la mayoría de la población. La desigualdad aumentó, y los índices de pobreza y desempleo se dispararon. El enfoque de Bolsonaro en la austeridad y la desregulación económica, aunque aplaudido por algunos sectores, resultó en un debilitamiento de las redes de seguridad social y en un incremento de la vulnerabilidad de los más desfavorecidos.
En 2022, los brasileños tuvieron que elegir entre continuar con un gobierno supuestamente honesto o regresar con el supuesto corrupto de Lula.
A pesar de haber sido encarcelado bajo acusaciones de corrupción y posteriormente desacreditado por los medios de comunicación aliados al gobierno de Bolsonaro, Lula da Silva logró un impresionante retorno político. En 2022, los brasileños tuvieron que elegir entre continuar con un gobierno que había prometido ser serio y honesto pero que había fallado en revitalizar la economía, o darle una nueva oportunidad a Lula, quien, a pesar de las controversias, tenía un historial de mejora económica y reducción de la pobreza.
Lula no ha recurrido a las excusas del Covid o la guerra de Ucrania para justificar un mal gobierno.
A pesar de que Brasil fue uno de los países más afectados por la crisis del COVID-19 y posteriormente por la guerra entre Rusia y Ucrania, Lula no se ha excusado en estas circunstancias para justificar aumentos de precios o bajo crecimiento económico como lo han hecho otros presidentes de la región.
Durante la pandemia, Brasil sufrió una contracción económica significativa. En 2020, el PIB de Brasil cayó un 4.1%, y la tasa de desempleo alcanzó el 14.7%. Sin embargo, desde que Lula asumió la presidencia, la economía ha mostrado señales de recuperación robusta.
1. Crecimiento del PIB: En 2023, el PIB de Brasil creció un 4.5%, una cifra impresionante considerando los desafíos globales. Esto ha ayudado a Brasil a consolidarse como la novena economía más grande del mundo.
2. Desempleo: La tasa de desempleo ha disminuido significativamente, pasando del 14.7% en el peor momento de la pandemia al 8% en 2023.
3. Inflación: A pesar de las presiones inflacionarias globales, Brasil ha mantenido la inflación en un promedio del 3.5%, controlando los aumentos de precios de manera efectiva.
4. Inversiones Extranjeras: Las reformas en el sector energético y las inversiones en infraestructura han atraído capital extranjero, incrementando las inversiones directas en un 25% respecto al año anterior.
5. Comercio Internacional: Las exportaciones brasileñas han crecido un 15% en 2023, impulsadas por la diversificación de mercados y productos, lo que ha fortalecido la balanza comercial del país.
Mientras otros líderes en la región han atribuido los desafíos económicos a la pandemia y a la guerra en Ucrania, utilizando estas circunstancias para justificar políticas de austeridad y aumentos de precios, Lula ha adoptado un enfoque proactivo. Su administración ha implementado medidas efectivas para estabilizar la economía, controlar la inflación y reducir el desempleo sin recurrir a excusas.
Lula ha demostrado que, con políticas económicas sólidas y una gestión eficiente, es posible superar incluso las crisis más severas sin sacrificar el bienestar de la población. Su liderazgo ha sido crucial para mantener la estabilidad económica y promover el crecimiento, convirtiendo a Brasil en un ejemplo de resiliencia y recuperación en tiempos difíciles.
Desde su regreso al poder, Lula ha implementado una serie de políticas económicas que han impulsado el crecimiento de Brasil. Según datos recientes, la economía brasileña ha crecido a una tasa promedio anual del 4.5%, lo que ha permitido que el país suba en el ranking global de economías. Este crecimiento ha sido impulsado por varias medidas clave:
1. Inversiones en Infraestructura: Lula ha priorizado grandes proyectos de infraestructura que han generado empleo y mejorado la competitividad del país.
2. Reformas en el Sector Energético: Brasil ha avanzado en la diversificación de su matriz energética, invirtiendo en energías renovables y fortaleciendo su sector energético, lo que ha atraído inversiones extranjeras.
3.Programas Sociales: La reactivación y expansión de programas sociales han reducido la pobreza y la desigualdad, mejorando el poder adquisitivo de las familias brasileñas y estimulando el consumo interno.
4.Comercio Internacional: Lula ha fortalecido las relaciones comerciales con otros países, incrementando las exportaciones de productos brasileños y abriendo nuevos mercados para los productos agrícolas y manufacturados de Brasil.
Los indicadores económicos respaldan estos logros. Según el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), el PIB de Brasil alcanzó 1.8 billones de dólares en 2023, colocándolo como la novena economía más grande del mundo. Además, la tasa de desempleo ha disminuido del 12% al 8%, y la inflación ha sido contenida en un promedio del 3.5%, niveles mucho más manejables que en la administración anterior.
El retorno de Lula da Silva a la presidencia de Brasil no solo representa una redención personal sino también una revitalización económica significativa para el país. Su capacidad para transformar la economía y mejorar las condiciones de vida de los brasileños, a pesar de las adversidades, destaca su liderazgo y su compromiso con el desarrollo inclusivo. Mientras Brasil continúa su ascenso en la escena económica mundial, el legado de Lula se consolida como un ejemplo de cómo el liderazgo comprometido y las políticas inclusivas pueden cambiar el destino de una nación.
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