2011

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¿ A quiénes se puede llamar intelectuales ?

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¿ A quiénes se puede llamar intelectuales ?


Por: Pedro Lara
16-06-2011

La forma más universal, aunque no la única, de medir  la educación y la preparación intelectual de una persona es a través de la educación  formal que ésta posee. Es decir, mientras más  haya estudiado una persona más sabia se supone que es. Los países más desarrollados invierten grandes sumas de dinero en la educación de sus ciudadanos, y a nivel particular, las personas de más prestigio educativo son aquellas que han logrado una buena educación en los mejores centros de enseñanza. Se dice que la sociedad actual es la sociedad del conocimiento. Es de sumo agrado conversar con alguien que domina muchos temas y que tiene un buen léxico.

Sin embargo, hay excepciones. No siempre el historial académico de una persona determina su nivel de pensamiento, su capacidad intelectual y su racionalidad. Hay excepciones  que, aunque no determinen la regla, son dignas de tomar en cuenta. Pues hay personas que no demuestran en su nivel de pensamiento, lo que dicen sus títulos académicos; de modo que al momento de medir su preparación hay que hacerlo a partir de lo que realmente son y no a partir de lo que su historial educativo dicen que son.

Estas excepciones  adquieren más importancia en los países subdesarrollados, donde la calidad de enseñanza de los centros educativos es deficiente. Los países de tercer mundo al tener sistemas educativos deficientes, un titulo no garantiza un nivel de pensamiento elevado. Y la forma de evaluar al estudiante y al profesional no debe de ser simplemente  por su historial educativo, sino por su nivel de pensamiento. Las medidas de evaluación de las personas a nivel educativo deben de ser más estricta y los procedimientos de educación más rigurosos.

Pero estos problemas de evaluación no sólo se concentran en los centros de enseñanza, sino que las empresas e instituciones de trabajo a la hora de avaluar a su personal no emplean los mecanismos que determinan la capacidad intelectual y el desempeño  del profesional que aspira a ocupar un determinado puesto de trabajo, pues las empresas suelen evaluar a partir del historial académico de las personas y no midiendo su nivel de pensamiento.

No obstante, hay otra realidad. Si bien el historial académico de una persona no necesariamente determina su nivel de pensamiento, el que una persona no tenga un historial académico no es sinónimo de nivel de pensamiento mediocre y nulo.

La realidad es que muchas personas sin una preparación acabada han desarrollado  proyectos y han mostrado un nivel de pensamiento que no han podido hacer personas aparentemente más capacitadas. Por citar un ejemplo, el profesor Juan Bosch. El profesor como se le decía, logró incursionar en diversos temas del saber cómo todo un experto. Por ejemplo, en la Obra Judas Iscariote el Calumniado, Juan Bosch aborda el tema de Judas como todo un teólogo. Al margen de si se está de acuerdo o no con el contenido de este documento de Juan Bosch, lo cierto es que la forma en que aborda el tema es de mucha altura. Pero, si empezara a citar personas como Juan Bosch, creo que podría redactar un libro. Sin embargo, quiero citar, como ejemplos, sólo dos  personajes más, ya  que dondequiera que se mencionan resalta lo que lograron realizar sin una preparación formal.

Me refiero al científico Michael Faraday (1791-1867) y al misionero Guillermo Carey (1761-1834).

El primero de estos personajes, Michael Faraday, fue un científico del siglo 19, famoso por haber descubierto lo que se conoce  en física como la Inducción Electromagnética, es decir, que así como una corriente puede producir un campo magnético variable, un campo magnético variable puede producir una corriente eléctrica.

Faraday no tuvo una educación formal, asistió a un colegio externo donde aprendió a leer, escribir, y contar. Cuando tuvo trece años tuvo que encontrar trabajo para ayudar a la economía familiar y fue empleado haciendo recados para George Ribeau que tenía un negocio de librería.

No obstante, en honor a la verdad, no se puede decir que Faraday era un inculto e iletrado, ya que era un ferviente lector. La dificultad de Faraday es que no pudo asistir a la universidad y recibir una educación formal para estar al nivel de los científicos de su tiempo. Por ejemplo, Faraday escribió lo siguiente acerca de él: Mientras que fui aprendiz, amaba leer los libros científicos que caían en mis manos […] (Wikipedia).

 El descubrimiento de Faraday es de suma importancia y su nombre está junto a de los grandes científicos. Lo que Faraday descubrió es usado en las centrales hidroeléctricas, en generadores de electricidad y en diversos aparatos, y abrió el camino a nuevas investigaciones concernientes a la relación entre el magnetismo y la electricidad; como los aportes luego hechos por James clerk Maxuell (1831-1879) y Henrich Herz (1857-1894).Incluso, una medida en física lleva su nombre: El Faradio.

Guillermo Carey es el  otro personaje que demostró que las capacidades intelectuales y la superioridad, no necesariamente son medidas por los grados académicos, sino por la capacidad de pensamiento, por la racionalidad y por los niveles de conceptualización de las personas. Este misionero fue  uno de los  más impresionantes en su labor. Aprendió latín, griego, hebreo, holandés e italiano; todo  de forma autodidacta. Además, tradujo la biblia a treinta y cinco idiomas.

El fundador de las misiones modernas de Inglaterra fue Guillermo Carey. Trabajó como zapatero, fue autodidacto y llegó a ser ministro bautista en 1789. Frente a una fuerte oposición empezó a insistir en el envío de misioneros al mundo pagano. (…) a pesar de que no recibiera  educación en su juventud, llegó a ser uno de los principales eruditos del mundo en el sánscrito y otras lenguas orientales. Sus gramáticas y diccionarios aún se usan. Desde 1800 a 1830 fue profesor de literatura Oriental en la universidad de Fort William, Calcuta .Murió en 1834 reverenciado por todo el mundo como padre de un gran movimiento misionero. (Historia de la Iglesia, Jesse Lyman Hurlbut, pag.158, Editorial Vida, 1999).

Con estos ejemplos podemos decir que, para que alguien sea llamado   profesional e intelectual, se debe de tener en cuenta, aparte de su preparación formal, los aportes que hace en una determinada área. De esa manera se puede decir que, por ejemplo, un teólogo no es, necesariamente, aquel que tiene el titulo; sino aquel que produce cosas de calidad en su área, y se podría decir lo mismo de muchas otras áreas del saber.

Finalmente, no es conveniente discriminar y creer que las personas que no tiene una preparación formal no pueden pensar de manera racional y elevada, pues podríamos estar equivocados. Y como reza el refrán popular, debajo de cualquier yagua vieja puede salir tremendo alacrán.


 

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