Pedro Lara {Dev}

Uno de los peligros a los que se enfrenta nuestra generación es al cada vez más frecuente uso de tecnologías por parte de gobiernos dictatoriales y grupos terroristas.

Recordemos, por ejemplo, como la empresa Phantom Secure vendía celulares Blackberry encriptados al Cártel de Sinaloa lo que le generó ganancias sobre los 80 millones de dolares.

El nuevo peligro es el caso del software Pegasus, que en manos de gobiernos antidemocráticos o grupos terroristas puede representar un peligro de vida o muerte. 

Uno de los casos más terribles del uso del software Pegasus fue el asesinato el 2 de octubre de 2018, en el consulado de Arabia Saudita en Estambul (Turquía), del activista y periodista Jamal Khashoggi. El régimen  de Arabia Saudita confirmó su muerte en el consulado saudí.

El gobierno de Turquía investigó el caso y confirmó que existen grabaciones de audio que demuestran que Jamal Khashoggi fue torturado y asesinado mediante degollamiento, y que luego todo su cuerpo fue descuartizado con una motosierra.

El régimen saudí espiaba a Jamal Khashoggi hasta lograr saber cada uno de los lugares que frcuentaba.  En octubre de 2019, WhatsApp y Facebook demandaron a NSO y Q Cyber Technologies en virtud de la Ley de Abuso y Fraude Informático de Estados Unidos (CFAA).

Es un peligro para la democracia que tecnologías de este tipo estén en manos de gobiernos dictatoriales y grupos terroritas.

Por su lado, NSO sigue afirmando que sólo proporciona el software Pegasus a los gobiernos autorizados para ayudar a combatir el terrorismo y el crimen.